15 maneras para conseguir que tu bebé deje de llorar
El llanto es una de las maneras más efectivas que tienen los bebés para comunicarse. Es un signo de incomodidad que puede deberse a múltiples causas. Con tiempo, paciencia y capacidad de observación, seguro que sois capaces de ir entendiendo lo que quiere deciros vuestro bebé cada vez que llora. Con el siguiente artículo, queremos ayudaros en este aprendizaje y enseñaros formas de calmar el llanto del bebé.
Hasta varias horas llorando
Cuando un nuevo bebé llega a casa, su llanto pasa a ser una de los sonidos más habituales del hogar. Un bebé suele llorar un promedio de 3 horas al día, aunque un niño “muy llorón” puede hacerlo incluso durante más tiempo. Cuando más lloran los bebés es entre las 6 y las 8 semanas. Posteriormente, el número de horas de llanto suele reducirse hasta aproximadamente una hora al día hacia las 12 semanas. Especialmente llamativos para los padres primerizos son los cólicos del lactante, que se manifiestan como episodios de llanto diarios, que se dan sobre todo por las tardes, entre las 6 y las 8 de la tarde. Tres o cuatro niños de cada diez los padecen, ocurriendo típicamente entre la segunda semana de vida y el tercer o cuarto mes.
¿Por qué puede estar llorando?
El llanto del bebé puede deberse a múltiples causas, desde sensaciones normales (como el hambre o el frío), hasta enfermedades (como otitis o problemas digestivos). A continuación detallaremos las características del llanto debido a las diferentes molestias o dolencias que puede tener el bebé.
“¡Tengo hambre!”. Entre el nacimiento y las 3 semanas de edad, la principal causa de llanto del bebé es el hambre. El llanto de hambre suele ser rítmico y no demasiado agudo. Típicamente el bebé llora durante un rato corto, deja de llorar brevemente, vuelve a llorar, hace otra pausa, y así sucesivamente. Observad también la presencia de otros signos, como que el bebé abra mucho la boca, se chupe el dedo, o busque con su boca el pecho o el biberón.
“¡Tengo frío!”. La falta de ropa de abrigo o un ambiente demasiado frío pueden incomodar al bebé. Si vosotros notáis frío en casa, debéis pensar que el bebé lo acusará aún más, debido a que regula peor la temperatura. Cuando toquéis su piel, evitad hacerlo con las manos frías. Podéis calentarlas antes frotándolas.
“¡Tengo sueño!”. Cuando los bebés están muy cansados, en lugar de dormirse, a veces se muestran irritables. El llanto de cansancio suele vibrante e ir aumentando en intensidad. El niño a menudo bosteza y se frota los ojos con las manos. Debéis prestar atención a los primeros signos de cansancio de vuestro bebé, pues cuanto más agotado esté, más difícil puede ser calmar su irritabilidad. Para conseguir que se duerma, debéis buscar un ambiente tranquilo, pasearle o acunarle. Tambié podéis probar a darle un masaje suave.
“¡Tengo los pañales mojados!”. Algunos bebés se muestran incómodos con los pañales manchados, y rápidamente lloran indicando que debemos cambiárselos. Otros no son tan sensibles a esta pequeña molestia. En todo caso, esta causa de llanto es muy fácil de comprobar y remediar.
“¡Cárgame en brazos, por favor!”. Tan pronto como aprenden los placeres de estar en brazos de mamá o papá, los bebés pueden llorar simplemente porque “quieren brazos”. Notaréis que esto es así si vuestro hijo comienza a llorar estando en la cuna y se calma en el momento en el que le cogéis en brazos. Durante los primeros 3 meses de vida, no debe preocuparos el “mimarle” por cargarle en brazos cada vez que llora.
“¡Me duele!”. Un llanto excesivamente intenso, más que hambre, cansancio o deseo de cariño, puede indicar dolor en alguna parte del cuerpo. Comprobad que no se encuentra en una postura incómoda, y que nada haga demasiada presión en ninguna parte de su cuerpo. Si después de esto sigue llorando, comprobad que sus ropas no estén demasiado prietas, y que no haya nada que le moleste, como por ejemplo un hilo o un pelo enrollado en un dedito.
“No me encuentro bien”. Cuando un bebé llora porque está enfermo, su llanto suele ser diferente del habitual, y muchos padres intuyen que algo no va bien. En general se trata de un llanto más sordo y débil. Si vuestro bebé presenta un llanto anormal o inconsolable, se encuentra decaído, rechaza el alimento, o tiene otros síntomas acompañantes, como fiebre, mal color o vómitos, debéis consultar inmediatamente con el pediatra.
“¡Quiero jugar!”. Si vuestro bebé llora y no parece tener hambre, frío, sueño o dolor... quizás sólo tenga ganas de jugar. Probad a hablar con él, cantarle o eseñarle su juguete favorito.
“¡Demasiados estímulos!”. El exceso de estímulos, como ruidos, luces o movimiento, también puede incomodar al bebé. Buscad un ambiente tranquilo, y comprobad qué efecto tiene el cambio.
|